jueves, 12 de febrero de 2009

Marruecos

Marruecos representa el seductor labio inferior de esa boca que es el mar Mediterráneo, una tierra musulmana tan llena de misticismos que parece desplazarse como una alfombra mágica por algún lugar entre el mito y la realidad. Tánger, Casablanca, Marrakech; bastan los nombres de estas tres ciudades para evocar el aroma de especias en el olfato de los viajeros más experimentados. Muchos destinos marroquíes han sido mitificados, con razón, pero el visitante puede que lamente la párdida de esa imagen. Sin embargo, otros exaltarán la singular historia viva del país, su deslumbrante luz, su arte. La realidad yace en algún punto intermedio. (Lonely Planet)


Aunque ya había estado en este país hacía 15 años, la verdad que aquella vez no estuve en el Sahara. Esa experiencia ya merece la pena por sí sola (a pesar del mal tiempo y de las largas horas de autobus). Después de pasar la nochevieja en Merzouga, a puertas del Sahara, al día siguiente pudimos ver el sol y disfrutar de esas maravillosas dunas en compañía de tres lugareños. ¡Incluso nos dieron clases de lo que ellos mismo llaman ¨esquí bereber¨!(foto 5)



















Pero ni Fes ni Chefchauen se quedan atrás. El Zoco de Fes debe ser uno de los más grandes. Desde luego, como no tengas cuidado te pierdes seguro. ¡Qué colores! Y si además tienes la diversión asegurada con la mejor compañía imaginable (ésto va por vosotros David, Rafa, Mariló, Espi y Cristina) ...El resultado es muy bueno.















P.D. ¡El susto que nos llevamos cuándo nos sacaron 3 pollos gigantescos para 7 personas después de habernos comido ya lo impensable!



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